Kayaks plegables
KAYAKS PLEGABLES , AYER Y HOY
José Carlos Sánchez
Asociación de Kayak de Mar de Asturias, AKDMA
Si tu mundo han sido los kayaks rígidos, los plegables no son, probablemente, lo que imaginas. Los buenos plegables no son inseguros, endebles, tediosos de armar o difíciles de mantener.
¿Qué es exactamente un plegable, eso que un anglosajón llama “folding kayak”?
Pues un kayak con estructura interna firme (de madera, aluminio, fibra de vidrio o carbono) que se puede desmontar con facilidad y rapidez, envuelta en una piel flexible (de hipalón, como las lanchas neumáticas, PVC, u otro tejido similar), que por algún procedimiento se tensa en torno al armazón, ofreciendo un barco flexible (como los tradicionales), ligero, que se desmonta en uno o dos paquetes manejables para facilitar el transporte, el almacenamiento o el mantenimiento.
Un plegable por tanto es un desarrollo peculiar de un kayak de piel sobre estructura o armazón (“skin on frame”, SOF). Visto así, la idea no hubiera desagradado a un esquimal, que periódicamente debía quitar la piel a su kayak.

Armazón típico de un plegable, en madera de fresno.
Un plegable no es, entonces:
-un hinchable. En la mayoría de los hinchables no hay estructuras rígidas, o si las hay son auxiliares, y el kayak mantiene su forma por la presión del aire en los diversos compartimentos. La falta de estructura interna impone limitaciones en cuanto a rigidez, longitud, volumen, formas y espacio interior, de modo que no son especialmente aptos como kayaks de travesía, aunque pueden ser excelentes para descenso de ríos o diversión en la playa.
-Un seccionable, o sea, un kayak rígido, de madera, plástico o fibra, partido en dos o tres secciones atornillables. Seccionar un kayak rígido es muy útil cuando falta espacio, pero no reduce su volumen, como en el caso de los hinchables y plegables.
MICROHISTORIA DE LOS PLEGABLES
Los plegables fueron en Europa, desde 1907, los únicos kayaks deportivos o recreativos de producción en serie hasta la aparición de la fibra de vidrio en los años 50, habida cuenta de que la construcción en madera (antes de la aplicación del contrachapado y su complemento ideal, las resinas epoxy) producía kayaks muy pesados.
El primer plegable, de madera de bambú y lona de algodón impermeabilizada, lo ideó y construyó en 1905 Alfred Heurich, un estudiante alemán de arquitectura, para poder transportarlo hasta el río de sus sueños. Heurich se había inspirado en kayaks esquimales exhibidos en el Museo de Etnología de Munich. Y a Munich regresó un 30 de Mayo de ese mismo año, remando por el río Isar con su prototipo.
Johann Klepper 1 , el sastre que le había ayudado a coser la lona, adquirió la idea, mejoró el modelo, sustituyó el bambú –tenaz, ligero pero difícil de trabajar- por fresno y resolvió otros problemas técnicos para convertirlo en un desmontable eficaz y apto para producir en serie. La idea que finalmente habían materializado no era, como en los esquimales, envolver un armazón completo en una piel, sino al revés, meter en una piel preformada las dos mitades del armazon, unirlas dentro y forzar por medio de esta unión (que incluye un sencillo e ingenioso sistema de palanca) la tensión de la piel y la rigidez de todo el conjunto.
Así nació una empresa floreciente. Muchas otras hicieron lo propio y sacaron al mercado sus modelos. En centroeuropa los kayaks se popularizaban entre una ciudadanía que comenzaba a disfrutar de tiempo libre y hacer deporte a cierta distancia de su residencia habitual. Los kayaks viajaban en tren, o en bicicleta. Nacía así el piraguismo recreativo popular en ríos, lagos y estuarios, y los primeros clubes. La nueva pasión se extendió a las aguas bravas y a la navegación en el mar.
Los kayaks contaban con una eslora no muy grande, en torno a 4,50 m., y una manga generosa, en torno a 70 cms. Los cascos, en la obra viva, forman una V muy abierta sobre una estrecha base plana, de modo que la manga de flotación es bastante menor que la manga máxima. Una cubierta con larga bañera permitía un cómodo uso del interior del barco en aguas tranquilas, como si de una canoa se tratase, y exigía un
cubrebañeras amplio para aguas agitadas. Este tipo de casco, más bien rechoncho (bastante parecido a los kayaks empleados por los nativos del Mar de Bering en Bristol Bay o en el delta del Yukon), junto a su ligereza, y el uso de palas de larga pértiga y generosa cuchara, hicieron posibles unos kayaks considerablemente ágiles (precisamente útiles para maniobrar en ríos), fiables a pesar de su construcción, reparables, con gran capacidad de carga, y muy estables. Aunque los sistemas de armado de la estructura evolucionaron, las formas del diseño de Heurich han permanecido hasta hoy en los modelos clásicos de casi todas las marcas.
Este conjunto de cualidades era lo que hacía falta para catapultar el piragüismo en tres direcciones complementarias: como entretenimiento “de masas”, como deporte de competición, y como instrumento de exploración y aventura.
He aquí, en lo que se refiere a la aventura, algunas gestas hechas con kayaks plegables.
Canal de la Mancha, Layton, 1909.
Viaje Alemania-India, Schott, años 20.
Expedición al Polo Norte, Roald Amundsen, 1926.
Expedición al Polo Sur, Byrd, 1928.
Travesía del Atlántico, Roemer, 1928.
Viaje Alemania-Australia, Speck, años 30.
Expedición a Spitzbergen, Sorge, 1935.
Descenso del Nilo y del Sudán, Rittlinger, 1954.
Descenso del Amazonas, Ertl, 1955.
Travesía del Atlántico, Lindemann, 1956.
Singapur-Australia, Dowd, 1970.
Costa este de Groenlandia, Gallei, 1978.
Cabo de Hornos, Potter, 1979; Fuchs y Neuber, 1984; Rice, 1989.
El período de entreguerras conoce un florecimiento del deporte y de la venta de kayaks en Europa. En 1934 el kayak entra a ser deporte olímpico, en modalidad monoplaza y biplaza y la factoría Klepper vive momentos de gloria: en las olimpiadas de Berlín de 1936 todas las
medallas son logradas con sus kayaks; y en la Exposición Universal de París de 1937 Klepper gana un premio de diseño industrial.

Lindeman a través del Atlántico.
Decenas de empresas producen plegables. Alguno llegó a los almacenes El Siglo, de Barcelona, allá por 1929. Allí lo vió, atónito, Dionisio De La Huerta, y a los pocos días, con unos amigos, remaba por el asturiano río Piloña, desde su casa, en Coya, hasta Infiesto, y luego hasta Ribadesella, con el flamante artefacto. Al año siguiente él y un puñado de aficionados realizaron el primer Descenso del Sella, una de las pruebas deportivas fundacionales del piragüismo en España.
Tras la Segunda Guerra Mundial (que utiliza plegables en misiones de comando anfibio, a menudo lanzados desde submarinos) se expande su popularidad, especialmente la de los modelos biplaza, y se convierten en un icono de un tiempo, como los VW escarabajo o la Vespa: un símbolo de libertad a un precio razonable.
La moderna revolución del plegable llegó con las cámaras laterales hinchables que permitieron diseñar armazones que entrasen muy holgados, sin esfuerzo, en la piel (antes sí costaba trabajo enfundar la piel) y, entonces, tensarla perfectamente por el simple hinchado de estas cámaras, muy ligeras, que recorren las bordas de proa a popa por la cara interna de la piel. Hasta un niño podía ya armar un plegable. Los kayaks adquieren
así más rigidez y unas formas continuas, agradables a la vista. Las cámaras aportan además flotación adicional y permiten estibar el barco, armado, pero aliviado de tensión.

Klepper Aerius I Expedition
En la década de los 50 la llegada de la fibra de vidrio revoluciona el mundo del kayak (como sucedería de nuevo en 1973 con la llegada del plástico rotomoldeado). Reduce seriamente las ventas y los fabricantes de plegables, pero no acaba con ellos. A finales del S. XX surgen incluso algunas nuevas empresas, como Feathercraft, Trak o FLK, que incorporan nuevas tecnologías a los plegables. De hecho los plegables, a su
escala, se han diversificado y se han logrado barcos realmente bellos, ya sea al estilo clásico, como el Klepper Aerius I Langeiner, el Aerius II expedition, o los Long Haul Mk1 y Mk2, o con diseños más estilizados como los Featherkarft Kathsalano o Wisper, el Nautiraid Greenlander, o el Trak T-1600.
LOS VALORES DE UN PLEGABLE
¿Por qué? ¿Qué siguen aportando los plegables en la era del carbono? Por supuesto, que son plegables. Pero en la medida en que han heredado y desarrollado ciertos rasgos de su propio origen (estabilidad, amplitud de bañera, capacidad de carga, ser muy marineros…) siguen siendo barcos con un valor específico, distinto a los valores y utilidades que han ido desarrollando por su lado, y de modo inigualable, los kayaks rígidos: infinitas posibilidades en la definición y transición de las formas, cóncavas y convexas, en cada palmo de su casco y su cubierta; grandes esloras, superficie pulida y deslizante, producción en masa, precios competitivos, diseños llamativos, ligereza extrema con las fibras de carbono o kevlar, o dureza extrema con los polietilenos.
La cuestión ya no es “plegable o rígido”, sino más bien la posibilidad de disfrutar de ambos, porque ambos han generado y definido su espacio propio de utilidades.
Estos son los valores que siguen haciendo de un plegable de calidad un barco actual:
1) Navegación eficaz y segura. Los plegables son barcos extraordinariamente marineros. Afrontan con serenidad la mala mar. Son enormemente estables y, en los modelos clásicos, de generosa manga, resulta casi imposible volcar. En todo caso, tras un vuelco, en la mayoría de ellos, se reembarca directamente. Este es un valor impagable para kayakistas noveles que quieren salir solos, o para salir en un doble con un acompañante temeroso de la mar.

Kayaks Feathercraft en aguas árticas
Puesto que son relativametne voluminosos, son sensibles al viento. Sin embargo su proa y popa bajas reducen ese efecto. Además suelen llevar un timón de gran superficie (aplicable al gobierno del barco a vela) que ofrece un control pleno del barco, también con olas. Gracias a las cámaras de aire longitudinales son insumergibles. No tienen compartimentos estancos a proa y popa, como en un kayak rígido estándar, así que si el barco se llena de agua habrá que achicar más. Para aumentar la seguridad y prevenir esto en parte, conviene llevar flotación de reserva a proa y popa. Un plegable no puede competir en velocidad punta con un kayak rígido de su misma eslora, ligero, estrecho y bien diseñado (quizá con unas pocas excepciones como el Kathsalano de Feathercraft o el Narak de Nautiraid). Sin embargo un plegable es casi tan
rápido, a la larga, en mar, como un barco de fibra de su misma eslora. Su proa y popa casi caen a pico, así que su eslora de flotación es casi la misma que la eslora total. Aunque la manga máxima es mucho mayor, la forma de la obra viva, en V, en muchos modelos no es tan voluminosa. Con mala mar, además, en un plegable se ahorra parte de la energía y estrés consumidos en apoyos que exige un barco estrecho, especialmente a un palista no experto.
2) Comodidad. El diseño de bañera y la manga generosa hacen de los plegables barcos espaciosos por excelencia, lo cual ofrece movilidad a bordo, comodidad postural, entrada y salida cómodas, y acceso más fácil al material en el interior. En suma, la sensación es menos constreñida, el entumecimiento menor y el trasteo con objetos a bordo más sencillo.

Lujos a bordo
3) Versatilidad. Los plegables son barcos sin rival cuando se trata de aplicarlos a distintas actividades. Ya hemos visto que son fiables en el mar, seguros, cómodos y espaciosos. Esto permite aplicarlos a paseo, travesía, pesca y vela. Su facilidad de transporte y almacenamiento los hace excelentes, además, como complemento de ocio en un viaje familiar, o para viaje a destinos lejanos y expediciones.
Un típico plegable biplaza lleva con total seguridad a un novato a la mar, haciendo que no se sienta incómodo, y que tampoco se sienta inseguro el patrón si las condiciones cambian y hay que capear viento y ola. Permite que salte a bañarse y suba de nuevo casi como a “una lancha”; o que vayamos, con la impedimenta necesaria, a hacer un poco de buceo a pulmón, fotografía, o camping. Un típico biplaza puede a su vez ser utilizado por una sola persona, a vela, remo (instalando un asiento central) o motor (un pequeño motor eléctrico es un extra clásico para estos barcos). Puede dar un paseíto seguro con niños pequeños a proa, o hasta con el perro de la casa.

Paseando al perro en un biplaza
Aplíquese lo dicho a la pesca. Los plegables, a diferencia de los autovaciables, no son específicamente barcos de pesca, pero cargan con los cachivaches de pesca y permiten posiciones, movimientos y maniobras como fondear, lanzar, guardar el pescado, o derivar con ancla de capa, casi con la misma comodidad que los autovaciables, y además irán a donde haga falta, más rápido, cerrados, con menos frío.
Como veleros integran especialmente bien rendimiento y comodidad, si de un kayak a vela se puede decir que es cómodo. La estilización de un casco de kayak hace que, con poco viento, se alcancen buenas velocidades y aceleraciones, convirtiendo la navegación en algo muy excitante. Las velas, en sus distintos modelos, pueden ser utilizadas como una sencilla ayuda adicional al paleo cuando los vientos son favorables, o
pueden convertir al plegable en un verdadero microvelero, por el puro placer de navegar a vela, capaz de servir de escuela de navegación y ofrecer horas de diversión. La bañera corrida es especialmente cómoda para vela a dos o en solitario; se tiene movilidad, es posible incluso
sentarse fuera, sobre cubierta, para estabilizar el barco. Ahora bien, cuando esa bañera corrida se cubre con un cubrebañeras integral, “la lancha” veraniega o el velerito de playa se convierten en un kayak de mar.

A vela con estabilizadores para formar un trimarán
4) Durabilidad. Los plegables duran una vida si se los cuida. La estructura es siempre reparable, especialmente la madera. Una cuaderna o un larguero rotos contra una roca se entablillan sobre la marcha y se reencolan y barnizan en casa (o se pide la pieza nueva). Un lijado y barnizado general cada 5 o 10 años es el trabajo más duro que hay que hacer.
La piel se desgasta con el uso. Bien cuidada, puede aguantar 15 o 20 años tranquilamente, y entonces se puede comprar una nueva, renovando así completamente el kayak. La piel sufre básicamente por abrasión o por punzamiento, pero no rasga, como no rasga el nilón balístico que cubre un kayak tradicional, o la “goma” de una buena lancha neumática. Las pieles de los plegables se fabrican con tejidos internos de alta
resistencia que hacen muy dificil un punzamiento o, en el peor de los casos, minimizan su extensión, incluso con un fuerte impacto con un objeto agudo y cortante. Estos punzamientos por impacto son realmente improbables si se tiene un mínimo de precaución entre rocas, y prácticamente imposibles en agua abierta. En todo caso, si se produce una vía de agua, tendrá una extensión muy reducida, que permite ser achicada hasta que sea posible la reparación, por medio de un parche, y de todos modos no compromete al barco: el kayak es insumergible incluso lleno de agua.
La abrasión, por ejemplo por arrastres sobre hormigón de grano grueso y cortante, desgasta la piel. Se produce en zonas específicas: extremos inferiores de proa y popa, bordes inferiores y salientes del casco (los pantoques). Estas zonas llevan refuerzos especiales, pero hay que vigilarlas, y evitar rozamientos innecesarios, igual que los evitamos a un casco de fibra. Se pueden pegar refuerzos extra y sustituir periódicamente.
El mantenimiento cotidiano exige algo más de lo que haríamos con fibra o plástico. Hay que endulzar y dejar secar antes de guardar el barco en sus bolsas durante semanas. Sin embargo, no es necesario armar y desarmar el barco con cada uso. Muchos plegables llevan años armados, cuando así le conviene a sus dueños, desarmándose sólo para revisión y limpieza (sacar arena, piedrecillas, comprobar el barniz, etc) o para viajes ocasionales.
5) “Alma”. Y hay, por último, una cualidad difícil de explicar. A quien la ha probado acaba por importarle. Pertenece al espíritu del barco, al método milenario, piel sobre armazón: una estructura pasmosamente sencilla y eficaz y una delgada piel, suave al pisar, sensible pero fuerte, que nos separa del agua, pero nos une al agua, permitiendo sentir su presión y su deslizamiento. Con las horas y las millas esa piel parece convertirse en nuestra segunda piel. Quizá por eso la palabra esquimal “kayak” significaba algo parecido a “ropa” con que se viste quien sale a remar.
Así pues un plegable es un barco con un rango de utilidad propio, basado en la versatilidad y la fiabilidad, que puede ser kayak único para quien no tiene espacio de almacenaje en un piso, pero que puede ser perfectamente un segundo barco, compatible con otro tipo de kayak, por
sus amplias prestaciones complementarias. Ejemplo 1: un kayak surf para competición y diversión en velocidad y olas, junto con un plegable compacto para escapadas a rincones “perdidos” de costa o interior. Ejemplo 2: un kayak de mar tradicional para salidas locales junto a un
plegable monoplaza de alto rendimiento para travesías importantes en destinos lejanos. Ejemplo 3: un autovaciable para pesca pura, y un plegable biplaza para viaje en vacaciones: pesca con niños, paseos con pareja, travesía en mar, y pinitos a vela.
Los plegables oscilan entre precios similares a un buen kayak de fibra, y precios muy elevados, especialmente en los que llevan más tecnología incorporada. Una razón del precio es la complejidad de fabricación, donde se manejan cientos de piezas en operaciones que muchas veces son necesariamente a mano. Otra razón, en algunos casos, es la decisión de no deslocalizar la producción y seguir con la mano de obra local, nada barata, por ejemplo la canadiense en el caso de Feathercraft.
Existe mercado de segunda mano. Ebay es una opción interesante, sobre todo en el mercado alemán y austriaco. Aquí se ofertan muchos kayaks baratos, de aquellos que se armaban con cierto esfuerzo. Y se ofertan también kayaks usados más actuales, de precio medio (los que sí llevan cámaras).
FABRICANTES Y TIPOS DE PLEGABLES
Klepper, Alemania. Klepper ha logrado una posición destacada en el mercado desde el principio, aunque ha tenido competidores que han hecho barcos de similares características y calidad, como Pouch, Dolphin, Kolibri o Metzeler, muy vendidos y populares en Alemania y
Austria (Pouch, una empresa de la antigua Alemania del Este, ha renacido de sus cenizas tras la unificación, y fabrica hoy el monoplaza E68, de más de 5 m de eslora, y el biplaza RZ96 ambos de excelente factura).
Con el método de las cámaras laterales hinchables, ya incorporado en la mayoría de los plegables modernos, Klepper fabrica básicamente dos modelos, un monoplaza de 4,50m y un biplaza de 5,20m, en diversos grados: Smart (piel de PVC y precio reducido), Classic (piel de hipalón), Expedition (piel reforzada), y Quatro (piel reforzada y cuatro cámaras en lugar de dos, para grandes expediciones o uso militar), y con una variante de cada uno de ellos algo más larga. Fabrica, además, algún modelo ligero, en estructura de aluminio.
Klepper ofrece aparejos de vela de probada eficacia para sus barcos. Cada vez más frecuentemente esos aparejos se completan con dos flotadores o estabilizadores laterales, formando un trimarán, lo que hace al conjunto mucho más estable, y la navegación más segura, rápida, y divertida.
Long Haul, USA. Los Long Haul son una copia casi exacta de los Klepper, con algunas mejoras, aunque no más ligeros. Derivan de un representante de Klepper en Estados Unidos que decidió instalarse por su cuenta. Fabrica un monoplaza y un biplaza del que hace también
una versión reforzada, apta para uso militar.
Wayland, Polonia. Tenemos aquí otra copia casi exacta de los Klepper, tanto en formas como en modelos, a precio realmente asequible y acabado fiable, robusto, y ligeramente más rudimentario. Las pieles de Wayland sirven directamente para los Klepper actuales, y además
fabrican pieles de sustitución para modelos europeos antiguos.
Nautiraid, Francia. Nautiraid representa la versión francesa de la filosofía Klepper, pero completamente original, con diseños propios y variados de alta calidad, aptos para expedición, y algunos dedicados a usos militares. Son kayaks robustos y estables, mono o biplaza
con estructuras de madera o aluminio y pieles de PVC o Hipalón. Entre los monoplaza destaca su excelente Greenlander 500, de 5m y 19 kgs en la versión más ligera; un barco de líneas esbeltas y forma variable, gracias al hinchado variable de sus cámaras laterales. Y el Narak, nuevo en 2010, un plegable groenlandés radical, de 5,5 m x 52 cms y 22 kgs de peso.

Nautiraid Narak
Featherkraft, Canadá. Feathercraft diseña y construye magníficos kayaks de tecnología avanzada, con estructura de aluminio que logra gran ligereza y un plegado muy compacto. Hay modelos mono y biplaza de expedición. Hay modelos monoplaza intermedios, para paseo y travesía ligera, como el Wisper o el Kahuma. Y destaca el Featherkft Kathsalano, un excelente kayak de 5,4m, 20 kgs. y limpias líneas groenlandesas que se lleva en una mochila de 90 cms. de altura y es apto para una expedición.

Feathercraft Kathsalano
Folbot, USA. La mayoría de los Folbot son modelos relativamente sencillos, destinados al paseo o travesía sin grandes exigencias, construidos en aluminio y PVC. Por su precio contenido son barcos muy populares. Destaca el monoplaza Folbot Cooper de 5 m y 18 kgs de peso.
Pakboat, USA. Pakboat es una empresa que comenzó importando kayaks y canoas de Noruega y acabó por lanzar sus propios productos. Oferta, además de canoas, kayaks de orientación recreativa, modelos “híbridos”:hinchables que combinan estructura de aluminio para
aumentar la rigidez.
Fujita, Japón. Fujita es posiblemente el principal productor japonés de plegables, con un amplia y original gama, en distintos materiales, que incluye modelos sencillos, de uso recreativo, y algunos kayaks monoplaza de 4,80m y 5m de excelente factura, de plegado muy compacto y gran ligereza (18 kgs para 5m de kayak).

Fujita 4,8m., cuadernas de madera y largueros de fibra de vidrio
Trak, Canada. Trak ofrece un kayak de diseño avanzado, Trak T-1600, de 4,88m, que gracias a un sistema de levas que empujan hacia proa y popa las dos mitades del armazón consigue gran tensión de la piel y un arrufo (“rocker”) regulable a voluntad, ofreciendo así un buen plegable que puede configurarse muy recto, para lograr velocidad en agua tranquila, o con bastante arrufo, para mejorar la maniobrabilidad y el rendimiento con olas.


Kayak Trak en sus dos estados de arrufo, o “rocker”
Triton Advanced. Rusia. Triton es una empresa rusa que fabrica una amplia gama de kayaks y canoas para paseo, y entre ellos dos modelos destacables de kayak en aluminio y PVC, los Ladoga I y II, monoplaza y biplaza de 4,8m y 6m respectivamente, con formas peculiares pero
interesantes por robustez, ligereza y precio.
First Light Kayaks, Nueva Zelanda. Los FLK son kayaks extremadamente ligeros, a base de tejidos de alta tecnología y estructuras en carbono kevlar, de constitución espartana, destinados a uso deportivo exigente más que a expedición o gran travesía. El modelo de 4,8 m. pesa 13 kgs.
INFORMACION ADICIONAL
El libro de Ralph Diaz, titulado “The complete folding kayaker” es, sin duda, la “biblia” del tema. Contiene todas las claves para elegir barco, conocer las técnicas específicas, mantenimiento, equipamiento para travesía, seguridad, etc. Se puede conseguir en papel, o en versión electrónica.
Folding kayaks.org. es un foro importante de compraventa.
En páginas de Ebay Alemania, buscando por plegables (faltboote), se puede ver la oferta de barcos tradicionales y actuales arriba comentada. Quien lea alemán encontrará muchas otras páginas dedicadas a plegables.
En Balogh Sail Designs se pueden ver velas y aparejos estabilizadores para todo tipo de kayaks.

Con el kayak a otra parte: porteando un FLK
Gijón, Diciembre de 2010